tag:blogger.com,1999:blog-1770081214603139498.post572502946618159001..comments2023-04-07T01:11:42.095-07:00Comments on Crónicas de Cintia: Diario de un supervivienteCintia A.M.http://www.blogger.com/profile/06106780650193871643noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-1770081214603139498.post-51524732098000013012012-03-08T05:56:26.216-08:002012-03-08T05:56:26.216-08:00DUENDE EN EL ESPACIO
a Agustín Ibarrola / Noviembr...DUENDE EN EL ESPACIO<br />a Agustín Ibarrola / Noviembre 1999<br /><br /><br /><br />El bosque en proyectadas imágenes,<br />la empedrada y publicada Campa,<br />la naturaleza y el arte en la Gran Sala.<br />Y tú aquí, con la palabra,<br />tan sólo la palabra,<br />y tu corazón de duende en el espacio,<br />tu figura de duende adentro<br />y fuera del plano. El plano,<br />que jugando revela a la mirada,<br />la sintetizada realidad oculta. 258<br /><br />Las cosas y los hechos<br />se han convertido en signo,<br />en espíritu, en relámpago visual,<br />y han escapado por el aire.<br />Trozos y trazos, y colores,<br />y pesos en el vaporoso aire,<br />y un zigzaguear que te marea,<br />sobre la Campa de Allariz,<br />entre el Bosque de Oma,<br />bajo el sol y la luna que nos guían. 268<br /><br />Todo ha quedado reducido a idea,<br />a razón y a ojo, a huella de color <br />deducido como un yugo. El Bosque<br />ha resultado ser un matemático<br />entrecruzar de formas y de almas, <br />una lanza clavada en el costado<br />eternamente dolorido del hombre.<br />Por el laberinto del espacio<br />que fluctúa bajo la luz y la mirada,<br />van organizándose signos lejanos,<br />seres volátiles, espíritus puros<br />tratando de encontrar su reflejo.<br />Y un horizonte, como si fuera<br />la raya que marcara<br />el comienzo de otro mundo.<br /> ¡Hasta aquí hemos llegado!<br /><br />Pero el Bosque es un sitio<br />ambiguo y misterioso, un sueño<br />de recuerdos e ideas fugaces,<br />de gnomos apenas aprehensibles<br />que se escurren, que saltan,<br />no de rama en rama sino<br />de tronco en tronco. No puedes<br />descubrir de qué se trata,<br />más que en el preciso instante<br />en que atraviesas el lugar exacto. <br /><br />Desde las Asambleas del Monte,<br />los hombres y mujeres vascos <br />han bajado al bosque del duende.<br />Se esconden y se ofrecen,<br />se miran y se buscan, a veces,<br />ni siquiera existen del todo,<br />como la luz de las estrellas o la luna.<br />Pero bajo los rayos del sol, <br />si los miras a los ojos, se vivifican,<br />renacen, y juegan con el revoloteo<br />de signos y mariposas africanas<br />que los acompañan. ¡Ah!, pero<br />la larga lanza del Guernica<br />aún persigue sus costados.<br /><br />El cielo de cada día, válganos Dios,<br />ha caído como un meteoro<br />sobre la Campa de Allariz,<br />y otro meteórico compañero espacial<br />lo observa a ras de suelo, con el verde pasto<br />lamiendo su reluciente capa.<br />Todos se quedan petrificados<br />en ese enorme espacio quieto,<br />de aire gallego, salpicado de meteoros,<br />y piedras milenarias maquilladas<br />que se dejan ver y querer. Entonces,<br />se oye un chismorrear que crece:<br /> -¡Que viene el duende!. ¡Que viene el duende!<br />Y todas las piedras se ponen<br />colorete de cielo, de sol y de luna.<br />El Bosque gira ahora en torno,<br />atento a lo que acontece, enroscándose <br />en el murmullo del aire, olfateando<br />la libertad que no sucede.<br /><br />Y en la Gran Sala, el Bosque<br />se ha vuelto papel de madera,<br />y el papel es noticia, y la noticia volumen,<br />idea del espacio que encierra y que aparta,<br />que canta sus verdades en la piel.<br />Y el Sotobosque se trenza en artilugios<br />antiguos e imposibles, como <br />entes geométricos, o rastros primitivos<br />e intemporales. Se tiñen en lo esencial,<br /><br />fosforecen en la noche.<br />Más allá, encapuchadas cabezas<br />espían con el ojo de papel alerta. <br />Están hechas de noticias duras,<br />y palabras atroces abiertas en sus<br />frentes te estremecen. <br /> ¿Todavía?.<br /><br />En el Bosque de Oma, un viento<br />fieramente humano sopla destrucción,<br />arranca los árboles de cuajo<br />como un vendaval salvaje.<br />Los ojos, los pájaros, las mariposas,<br />los hombres y mujeres del Bosque,<br />se ven de nuevo sacudidos. Un enorme <br />vendaval azota Euskadi. Tan sólo<br />queda el espacio, nuestro espacio.<br />Y en su vacío, tu palabra.Antón Loungashttp://www.aventurapensamiento.blogspot.comnoreply@blogger.com