Por Cintia Ana Morrow para Argentinos.es
Hay gente en este mundo que
tiene las ideas claras…y después está Adriana
Tilve, una argentina que siempre supo para dónde quería ir y no permitió
que nada la detuviera. En el camino descubrió mucho más de lo que esperaba y
construyó sueños nuevos.
Adriana llega a los lugares
con resolución y con un cochecito desde donde su hijo pequeño ve pasar el
mundo. No hay excusas que valgan para esta abogada, mamá y esposa cuando se
trata de salir a recorrer la ciudad de Estambul. A su paso deja muy buenas
ondas: optimismo, valentía, humor y sobre todo, ilusión por su futuro. Es una
de esas personas que lo inspiran a uno a ponerse en movimiento…
Le robamos unos minutos
mientras afuera nevaba y compartió con nosotros su historia, sus momentos de
debilidad y sus anhelos. Nos contó cómo fueron encajando las piezas de su vida
para convertirla en la persona que es hoy. Después de leerla, díganme si no les
dan ganas de salir al mundo…
¿Dónde
naciste, Adriana?
Soy de Buenos Aires,
Argentina. Nací y me crié en Capital Federal.
¿Y cómo
empezó todo para vos?
Desde muy chica tuve claro
que quería estudiar abogacía y que, en la medida de lo posible, querría hacer
un Master en Derecho Internacional en el exterior. Así fue como durante los últimos
años de facultad empecé a aplicar a cuanta beca se me cruzaba por el camino,
hasta que en Septiembre 2001 me comunicaron la aceptación de mi solicitud en la
Universidad de Bologna, Italia. El 21 de octubre estaba arriba del avión y ese
fue el comienzo.
Después
de tu experiencia italiana, ¿a dónde fuiste?
Cuando termine el Master en
Bologna debía hacer una pasantía. Yo había aplicado en la International Bar
Association (que no es la Asociación Internacional de "Bares" sino de
"Abogados") con sede en Londres, Reino Unido, y me tomaron. ¡Así que
Londres fue mi casa por 1 año, hasta el 2003!
¿Qué
dejaste atrás, además de la familia?
A mis amigas del alma y mi
trabajo (hacia 2 años que ejercía en un Estudio Jurídico de Buenos Aires). ¡Los
proyectos se estaban realizando así que subieron conmigo al avión!
Mmm... Muchas, seguramente,
pero no soy buena para recordarlas... Tal vez, podría decir que -además de
realizar un sueño desde el punto de vista profesional- no esperaba encontrarme
en Italia al príncipe azul que siempre busqué. Tampoco formar una familia más
que ideal con él ni seguir viviendo aventuras por el mundo a su lado. Hoy nos
encontramos viviendo en Estambul debido a su trabajo...
¿En qué lugar te sentiste más cómoda?
Antes de vivir en Estambul, habría
contestado Londres pero Estambul, el Bósforo, lo exótico de vivir con un pie en
2 continentes distintos ¡lo superan!
Excepto cuestiones burocráticas
de visas y algún que otro problemilla económico al inicio (cuando se me estaban
acabando los fondos traídos desde Argentina y aun no había conseguido un
trabajo en Italia para pagarme los gastos de la vivienda), no hay nada que me
haya costado particularmente tanto.
Se te ve muy feliz en estos países exóticos, ¿qué es lo
que más te gusta?
De estar afuera me gusta
todo: el sentirme turista en una ciudad en la que vivo, el desafío de volver a
empezar en otro lado, incorporar nuevos idiomas, costumbres, vivencias En fin,
¡creo que es un privilegio para todos los curiosos!
La aventura de vivir en el extranjero suele cambiar un
poco a las personas. ¿En qué sentís que te cambió a vos, Adriana?
¡Seguramente muchísimo en la
alimentación! En Buenos Aires, donde ya vivía sola hacia un par de años, vivía
a base de yogurt con cereales y latitas de verduras... Ahora no digo que como
de todo, pero en Italia descubrí millones de alimentos que en Argentina ni se
me hubiera ocurrido probar: zapallitos, calabazas, brócolis, apios... ¿Cómo
resistirse a unas "fiori di zucca in
pastella", a un "risotto",
a unos “ravioles di zucca con amarettis”
o a unas "orecchiette con cime di
rapa"? Se me hace agua la boca y si me leyera mi mamá ¡no podria
creerlo!
No
tengo idea qué son esas cosas que acabás de nombrar, pero suenan deliciosas…
Pasando a aspectos más nostálgicos: ¿Cómo llevás el hecho de estar lejos?
¡Pues no hay lugar para
quejas cuando tanto hice y perseguí el sueño de vivir afuera! Seguramente sin
la tecnología todo seria mas difícil... Recuerdo que al principio, no teniendo
computadora personal, pasaba horas en la biblioteca pública de Bologna para
comunicarme vía e-mail con Argentina. En cuanto a la melancolía, por suerte no
la sufro... Sí, he tenido momentos duros (particularmente dos) en los que pensé
en volverme (puntualmente: cuando me tuvieron que hacer una pequeña intervención
en un ojo en Bologna y cuando, a la vuelta de Londres, después de tanta inversión
en los estudios, me encontraba trabajando como secretaria, en un banco de Milán)
pero al final "Dios aprieta pero no ahorca" y en ambos casos apareció
esa mano que me hizo cambiar de idea...
Mudarse a otro país es una idea, para muchos, impensada.
¿Se lo recomendarías a nuestros lectores?
¡Siempre! Pienso que no hay
experiencia mas formativa a nivel humano que vivir en el exterior haciendo lo
que sea: estudiando, trabajando, haciendo voluntariado... A corto o plazo o
para siempre, eso se decide sobre la marcha, si es que el destino no se impone.
Pero sin dudas ¡recomiendo hacer la prueba! Claro está que es una aventura para
el que tenga pasta de aventurero... “¡¿para que mandar al casero de turno al
matadero?!” Personalmente, espero poder trasmitirles algo de la hormiguita
viajera que hay en mi a mis dos pequeños para que el día de mañana se puedan
mover libremente por el mundo.
¿Se te
ocurre algún consejo para aquellos que están considerando la posibilidad de
salir al extranjero?
Bueno, yo siempre digo que
irse al extranjero, por lindo que suene, no es soplar y hacer botellas pero
cuando uno lo hace convencido, todos los esfuerzos son recompensados ¡y con
creces! Y para las familias, a mí a veces me preguntan si mis padres no me extrañan...la
respuesta es obvia (yo también extrañaría a mis hijos si el día de mañana
vivieran en otro país). Pero ellos fueron artífices y testigos de todo lo que
hice para lograr mi objetivo así que, viendo los logros, no les restaba mas que
compartir mi felicidad...
En pocas palabras:
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¿Amás u odiás los aeropuertos? Los amo, adoro conocer nuevos y pasear por adentro (¡y
por los Duty Free!)
¿Pasta o pollo?
jaja ¡Pollo!
La comida argentina que más extrañás… ¡alfajores y palitos de la selva!
Un lugar de vacaciones… cualquiera, ¡basta que no sea repetido!
¿Qué elemento viaja con vos siempre? Mmm...solo las cosas personales y algún libro (no soy
una chica tecnológica así que -además del celular- no me llevo nada más)
¿Y qué te olvidás? Nada que no pueda comprar... ¡en el Duty Free del
aeropuerto!
Cuando tenés tiempo lo dedicás a… ¡leer!
¿Qué pedís que te lleven los que van a visitarte? ¡Alfajores y palitos de la selva!
Un sueño cumplido… (¡ver arriba!)
Y uno por cumplir… Mmm... ¡Seguir descubriendo metas en familia!
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