19 de junio de 2013

Los Ciudadanos del Mundo (Eugenia L.O.)


Por Cintia Ana Morrow para Argentinos.es
Cuando era chica creía que podía adivinar el futuro, que si alguien me preguntaba “¿Tal o cual cosa va a suceder?” yo era capaz de responder sí o no al intentar imaginármelo. El tiempo me dio la razón algunas veces y otras no, estadísticamente hablando, no creo que sea adivina profesional. Pero de grande (todo lo grande que uno puede llegar a sentirse) me asombró descubrir que cuando sabés la pregunta ya tenés medio trabajo hecho, el problema es cuando la vida nos plantea esas preguntas que nunca nos imaginamos.
Porque es casi imposible prever lo que nos espera en la vida. Uno a veces arma un plan y todo… Afortunadamente, las cosas no siempre salen como las planeamos, a veces salen mejor.
Hoy les invito a compartir la historia de María Eugenia López Ozores, una argentina que creía que su vida ya estaba armada cuando surgió una oportunidad inimaginable. Irse a vivir a Estambul (Turquía) puso a prueba sus capacidades más impensadas y agudizó todos sus sentidos. Esta es una historia de valentía y nuevos comienzos que empieza así…
¿De dónde sos, Eugenia?
Soy de Buenos Aires, Capital Federal. Nací y me crié en el barrio de Flores, en pleno centro comercial. Fui al colegio de mi barrio Nuestra Sra. de la Misericordia y tomé la primera comunión en la Iglesia de Lourdes. Todo muy prolijo y siempre custodiada por expertos: ¡mis padres y las hermanas del colegio! Tuve una familia muy tradicional, conservadora, ordenadita... ¡De allí vengo y, sin embargo, aquí estoy! 
Me contó un pajarito que ésta es tu primera experiencia en el extranjero. ¿Cómo llegaste hasta acá?
 Sí, es mi primera experiencia como “expat” y todavía cuando me acuesto sigo pensando en “¡¿Cómo y cuándo paso?!”. Pero sin duda fue en el momento en el que debía pasar y no antes.
En marzo de 2012 había dejado de trabajar luego de un proceso que llevó casi un año. Yo trabajaba en una empresa familiar con mi hermano y para mediados de 2011 decidí que ya no daba para más. Fueron meses difíciles, en los que debí resolver muchas situaciones de tipo prácticas, pero también las más complicadas: las emocionales.
Con toda esa educación recibida en el "debes hacer", la obediencia y respeto a la herencia; abandonar la empresa familiar, parecía en ese momento un sacrilegio... La empresa que había fundado mi padre, alejarme sin sentirme culpable era casi un imposible. Pero lo hice, todavía queda, pero finalmente me sentí "libre".
Luego de todo esto llegó la propuesta de viajar a Estambul y, a pesar de que mi marido siempre viajó y casi siempre andaba sobrevolando la idea de viajar juntos, yo ahora ya podía acompañarlo y viajar en familia. Mi familia.
 ¿Dejaste atrás algún proyecto?
Mi trabajo ya estaba concluido y en cuanto a proyectos, podría decirte que mi vida está volviendo a empezar, así que los proyectos vienen conmigo y se irán haciendo realidad a medida que vaya descubriendo y aprendiendo cosas nuevas.

Contame alguna experiencia inesperada que hayas tenido durante tu expatriación.
 Lo inesperado y maravilloso que me pasó fue encontrar un grupo enorme de gente en la misma situación que yo ¡y hablando español! Para mi una sorpresa, hasta ese momento creía que sería el único ser humano hispano parlante en Estambul. Nuevita en todo, ¿no?
Por suerte encontré un grupo súper rico en personalidades y sobretodo en experiencias de vida.
En el nuevo lugar ¿te sentiste cómoda desde el principio?
No, me costó mucho sentirme cómoda, creo que todavía no lo logro. Lo que más me costó tiene que ver con mi hija Lucia, ella tiene 6 años y las primeras 3 semanas de colegio fueron muy duras para ella y para mi. Durante ese tiempo simplemente me puse en "stand by" y cuando la ví salir con una sonrisa del cole volví a estar “on".

Sé que la aventura de vivir en el extranjero cambia a las personas en algunos aspectos. ¿En qué sentís que te cambió a vos?
No se si por ahora me cambió, pero sí siento que estoy empezando a ver las cosas con otros ojos, tratando de cambiar mi forma de elegir y vivir. Ahora casi todo es circunstancial y dura sólo un tiempo, antes todo era definitivo... Es una lección que estoy tratando de aprender.
¿Cómo llevás el hecho de estar lejos? ¿Tenés algún ritual argentino para los días de melancolía?
Extraño bastante a mis amigos y los encuentros/comilonas de los fines de semana, trato de hablar por Skype o Whatsapp, pero la verdad es que me gustaría hacer una rutina de esto porque todavía uso estos servicios como si estuviera de vacaciones y esperando a volver para contar las cosas. 
No tengo ningún ritual todavía, por ahora me dura un tarro de dulce de leche en la heladera que me trajo mi marido en su ultima escapada a la Argentina.
Vivir en otro país es una experiencia maravillosa pero no todo el mundo se anima, ¿lo recomendarías?
 Hasta ahora y a pesar de algunas dificultades no dejo de sorprenderme y maravillarme con todo lo que voy viviendo, es demasiado nuevo. Creo que sí lo recomendaría. Si a corto o largo plazo, ¡dame un año y te respondo!
¿Se te ocurre algún consejo para aquellos que están considerando la posibilidad de salir al extranjero?
No sé qué aconsejar, nosotros hicimos lo que pudimos los tres juntos, y nos animamos… Estamos bien, creo que hay que animarse y el resto va saliendo, nadie hace las cosas igual. Dentro de un tiempo quizá pueda decir algo más. 
EN POCAS PALABRAS
Viajas con el pasaporte... más las cosas de mis lentes de contacto y juegos para mi hija que nunca usa.
Amas u odias los aeropuertos? Los amo.
¿Pasta o pollo? Los dos son horribles, a veces el pollo trae mejor acompañamiento.
¿La comida argentina que mas extrañás? Las empanadas de Laura y las pizzas de Julia.
Un lugar de vacaciones... La casa de mi amiga Mali en Michigan.
¿Qué elemento viaja con vos siempre? Nada en particular, lo que entre en la cartera.
¿Y que te olvidás ? Un poco de todo.
Cuando tenés tiempo lo dedicas a... Leer.
Que pedís que te lleven los que van a visitarte... Dulce de leche y jamón crudo.
Un sueño cumplido... Ser mamá de Lucia
Y uno por cumplir... Vivir.