29 de enero de 2012

Algunas veces


  A veces, uno está ahí, en su vida normal, un día cualquiera, en una situación cotidiana… (quizás bañándose, poniéndose champú en el pelo) cuando, de repente, de la nada, aparece como una ola gigante, un tsunami de información y de sensaciones que arrasa con todo lo que estaba en la mente.
  Tomado por sorpresa y profundamente abatido, uno detiene su actividad cotidiana, sin quererlo,  y mira alrededor, las cosas revueltas que dejó la ola, sin entender qué acaba de pasar y con solo una duda en la mente: ¿Cómo llegué hasta acá?
  "Cómo llegué hasta acá". Que puede ser o no un lugar físico. Una duda que lo mantiene a uno en la incógnita, en el miedo y en la desorientación. Entonces, vuelve a mirar alrededor… sigue el camino que dejó la ola. Uno ve los pequeños pasos que dio y los grandes, los aciertos y las equivocaciones, las cosas y las personas que fueron pasando. Y, finalmente, después del veloz recorrido, llega al exacto lugar y momento en el que se encuentra.
  ¿Y ahora qué? Se pregunta descorazonado. Ahora que ya vio y recordó y entendió todo lo que pasó. ¿Ahora qué?
  Ahora… la crema de enjuague.

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