14 de marzo de 2014

Los Ciudadanos del Mundo (Silvana F.)


 Por Cintia Ana Morrow para Argentinos.es

Dicen que el amor mueve montañas y, aunque aquello no puedo afirmarlo (ni negarlo, para el caso), descubrí que el amor sí que mueve personas. Muchas y a través de infinitos kilómetros.
Con esta personita en particular coincidimos hace muchos años en un aula mientras estudiábamos francés. Solíamos aguantarnos la risa cuando Madame nos hacía poner de pie para entonar la Marsellesa y esperábamos ansiosas la salida de clase para quedarnos charlando en la puerta. 
La vida nos reservaba muchas sorpresas inesperadas. A ella, un maravilloso viaje de descubrimiento personal la llevaría hasta la otra punta del planeta. Luego tendría que desprenderse todo lo que había construido para embarcarse en una nueva aventura, esta vez siguiendo a su príncipe azul. Se sumergiría en los entramados culturales de una sociedad curiosa y desconocida hasta ese momento, para reinventarse junto al hombre de su vida.

Los dejo con nuestra princesa moderna, Silvana Facciolo, una argentina que hoy nos cuenta cómo el amor y el deseo de crecer la impulsaron a ir más allá de las fronteras, de las religiones y de las razas.

Silvana, contame de dónde sos…

Soy Argentina (y orgullosa de serlo, como todos los argentinos). Nací y me crié en la ciudad de Mercedes, Provincia de Buenos Aires, a unos 100 kilómetros de la Capital del país.

Mercedes… me suena, famoso por sus chacinados y sus escritores ¿no? ¿Cuándo se presentó la oportunidad de irte al extranjero por primera vez?

La primera vez que viví afuera del país fue en el 2009. Me mudé a Australia por un año y amé absolutamente la experiencia. Por esas cosas de la vida, en el 2012 conocí a mi novio en Inglaterra y desde entonces mis relaciones con ese país se intensificaron. El año pasado, 2013, estuve un total 9 meses viviendo allá. Actualmente estoy de vuelta en mi amada Argentina, pero solo temporariamente hasta que me otorguen la visa.

Sé que a Australia llegaste por una razón muy especial. ¿Querés decir algo de aquella experiencia?

Mientras estaba estudiando en la facultad, ahí por el 2001, tuve un encuentro muy grande con Dios. Por años anhelé poder profundizar más en mi fe (Cristianismo) y ayudar a otros. Finalmente en el 2009, luego de ahorrar mucho y con ayuda de mi familia, pude inscribirme en un Instituto Bíblico en Sídney, Australia, por el período de un año. Por las mañanas estudiábamos la biblia y por la tarde salíamos a ayudar a los mas necesitados, de Lunes a Lunes. ¡Amé la experiencia! ¡Y amé Sídney! 

La segunda vez que partiste fue muy diferente… ¿Qué dejaste atrás, además de la familia?

Fue muy difícil dejar todo por amor. La verdad que en su momento aposté todo a mi relación y me daba miedo pensar todo lo que me estaba jugando. Dejé un trabajo seguro y estable, el departamento que había buscado por meses, regalé todos mis muebles…entre ellos antigüedades que había encontrado y comprado con sacrificio. Finalmente abandoné también mi hobby, que era la equitación. Vender mi caballo dolió mucho. Mantenerlo implicaba demasiado dinero ¡e Inglaterra es muy cara!

¡Me imagino! De pronto había que empezar a pensar en libras esterlinas. ¿En qué lugares de Inglaterra estuviste?

En el 2013 viví los 7 primeros meses en Derby, ciudad ubicada en el centro de Inglaterra, y los dos últimos meses del 2013, en Londres.

Aunque sea un país conocido, la vida Inglaterra guarda muchos secretos. ¿Tuviste alguna experiencia inesperada durante tu expatriación?

El choque cultural lo sentí muy fuerte. No fue tanto con los ingleses sino que mi novio es Sij y tanto el como su familia viven y se mueven como si estuvieran en Punjabi, India. 

Que maravilloso un novio Sij, algo tan diferente… ¿Vendrías a ser una versión moderna de la Princesa de Kapurthala?

 Jajaja ¡aunque muchísimo menos glamorosa! Algo interesante para compartir es que para ellos todas las mujeres toman el apellido Kaur, que significa princesa y los hombres el apellido Singh que significa leones. Así, que puedo decir que en cierto sentido pasaría a ser una princesa, o al menos la princesa de Palvinder (así se llama mi novio).

¡Espectacular! No sería la primera vez que exportamos princesas por el mundo… ¿Cómo es vivir en esa parte de la sociedad inglesa?

Inicialmente, los primeros meses vivíamos en el barrio de los musulmanes y Sijs, y una tenía que tener cuidado de no mirar a los hombres en los ojos, de no agarrarse de la mano en el barrio y menos aún dentro de la casa. Más de una vez, sin darme cuenta, besaba a mi novio o lo tocaba y me querían comer. También me encontré con familiares que le ofrecían novias de la India a mi novio… 
Aprendí a comer curry casi todos los días, y lo mejor de todo: aprendí a usar las manos y a no sorprenderme cuando los comensales eructan delante tuyo. ¡Aparentemente es una buena señal! 


Desde luego, estás viviendo una experiencia increíble y, lo mejor, en buena compañía. En medio de todas estas costumbres tan extrañas para nosotros, en qué lugar te sentiste más cómoda?
Me sentí mas cómoda en Londres. ¡Dame ruido, tiendas y museos para recorrer y soy feliz! Las ciudades occidentales siempre atraen y tienen eso de ser como tierra neutral. Uno enseguida se siente a gusto.
Me costó más vivir en Derby, y entender que hay gente que aunque viva en Inglaterra va a seguir pensando y actuando como en la India o en Irán, y que haga lo que uno haga o diga, no los vas a cambiar. Tal es el punto de esa resistencia al cambio que, aunque no podía creer, estando a 5 grados bajo cero ¡ellos se vestían con túnicas de colores y zapatos tipo ojotas! No hay con qué…no cambian. 
Aunque también quiero aclarar que los Sijs son gente muy amable, respetuosos de otras gentes y costumbres pero muy guardianes y desconfiados de los que quieren entrar en su comunidad.

Debe haber sido difícil asimilar todo eso en tan poco tiempo. ¿En qué aspecto sentís que te cambió?

Me enseñó nuevamente a adaptarme, a ser tolerante y a apreciar a las personas por lo que son, no por lo que piensan. Generalmente somos del concepto (o lo era yo) de que no tenemos ningún tipo de perjuicios, pero he aquí que siempre me había rodeado de gente como yo y los contactos con otras culturas habían sido muy light. Tuve que hacerme un “reseteo". Pensé que vivir en Inglaterra iba a ser mas o menos como lo fue vivir en Australia…sin embargo, allí cohabité con dos culturas: la inglesa y la india…y crecí. Crecí mucho.

¿Cómo llevás el hecho de estar lejos? ¿Hay algún ritual argentino para los días de melancolía?

Creo que cuando uno se va al exterior por decisión propia se hace mas ameno. Para ser honesta, no necesito hablar todos los días con mi familia. Sí, obviamente, estoy pendiente de lo que sucede en Argentina y para las ocasiones especiales desearía estar con ellos, pero no extraño. Aunque preguntame de a acá a dos años y te cuento como sigo ;)
En lo que hace al ritual argentino, no puede faltar el mate cuando hay yerba, comer casi la mayoría de las comidas con una ensaladita y, cuando se puede, ¡un rico bife!

Vivir en otro país es una experiencia maravillosa pero no todo el mundo se anima, ¿lo recomendarías?

Lo recomiendo 100% y si es posible, primero irse una sola, ni siquiera de novio porque ahí la cosa ya cambia. Creo que saca a relucir tu lado social a full: o te animas a hacer amigos y te expones, o te quedas sola en tu casa, aburrida sin hacer nada. Y para hacer amigos, hay que ser vulnerable y aprender de nuevo a escuchar a otros...
Por otro lado, el hecho de poder pisar suelo extranjero, hacer switch y pasar a hablar, pensar y soñar en inglés, me fascina. No siempre fue así, al principio me costaba mucho hablarlo, lo entendía pero hablarlo fluidamente costaba. Luego de vivir afuera eso cambió, y siento que otro mundo de posibilidades se me abrió. Hoy en día utilizo más el inglés a la hora de hacer búsquedas online o leer un diario que el español.
Vivir afuera, por poco tiempo o para siempre, siempre suma. Sea visto desde el intercambio cultural que se genera, o del gran amor y aprecio que te surge por tu país, vas a salir ganando algo.

¿Se te ocurre algún consejo para aquellos que están considerando la posibilidad de salir al extranjero?

El mejor consejo que se me puede ocurrir es el decirles que no tengan miedo. Que se animen a salir, a conocer y a invertir tiempo en otras personas. La vida como a toda buena comida hay que sazonarla bien. En Argentina usamos en la mayoría de los casos solo sal y pimienta, pero hay muchos más condimentos que no se consiguen acá… ¡y que vale la pena probar!


En pocas palabras:

Viajás con el pasaporte… Argentino
¿Amás u odiás los aeropuertos? Es una relación de amor y odio la mía
¿Pasta o pollo? Pasta, fácil y rendidora.
La comida argentina que más extrañás… El asado
Un lugar de vacaciones… Brasil, Bombas y Bombinhas
¿Qué elemento viaja con vos siempre? Un buen libro
¿Y qué te olvidás? ¡La planchita!
Cuando tenés tiempo lo dedicás a… Leer
¿Qué pedís que te lleven los que van a visitarte? ¡Yerba!
Un sueño cumplido: Estudiar por un año en un Instituto Bíblico en Australia.
Y uno por cumplir… Formar mi familia.



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