30 de octubre de 2012

Día de la República Turca


Éste período del mes de octubre en Turquía es de fiesta. Se juntan dos feriados (bayram) que dan lugar a una casi-semana de vacaciones para los turcos y para nosotros también, cómo no.

Primero es la Fiesta del Sacrificio, que conmemora aquel pasaje bíblico en que Abraham va a sacrificar a su hijo a pedido de Dios que, afortunadamente, lo detiene y en cambio, sacrifica un cordero. Así que se congregan muchos corderos, vacas y demás animales en grandes carpas en cada ciudad a lo largo del país, que luego se sacrifican y son el plato festivo del feriado. Es una fiesta muy esperada, en la que mucha gente se traslada de un lugar a otro para encontrarse con sus familias. Es el símil a nuestra Navidad.


El 29 de Octubre es el Día de la República, donde se festeja la firma de la constitución que creó la república turca y la consiguiente disolución del Imperio Otomano. También se recuerda en este día al famoso Mustafa Kemal Ataturk, que vuelve a aparecer en estandartes que lleva la gente por la calle, en enormes banderas que decoran los edificios y hasta, por inquietante que parezca, en las vidrieras de algunos negocios que ponen maniquíes de Ataturk representando escenas conocidas de su vida pública.


Todo Estambul se viste de rojo y blanco, en honor a los colores turcos, y es difícil encontrar un edificio que no esté decorado con banderas. Las cuelgan de los balcones y de los techos, flamean en las plazas y cubren por completo las caras de los centros comerciales o de los hospitales. Impresionante, a los turcos les encanta su bandera, su república y su Ataturk.

Entre los muchos festejos de este día se encuentran el desfile de civiles por la calle Bagdat (que es lo que parece, un enorme desfile de personas, todas vestidas con algo rojo, que pasean banderas y estandartes con la cara de Ataturk por la calle) y los fuegos artificiales, que se tiran desde el Puente de Bogaciçi y desde varios puntos más en la ciudad.


Es un espectáculo increíble y donde no se repara en gastos. La gente se junta en parques y terrazas de edificios, a ver los fuegos artificiales y los dos puentes que cruzan el Bósforo, iluminados de colores. En una maraña de personas paradas en el parque cercano al embarcadero de Üsküdar, estábamos nosotros también, mirando extasiados para uno y otro lado los miles de fuegos artificiales que decoraban el cielo estambuleño.

Cuando se terminó todo y en medio de una considerable humareda, la gente empezó a marcharse en largos y lentos desfiles de personas que iban para todos lados. Pero la gente es decente, es amable, no se altera fácilmente. En medio del despelote de personas y autos, hasta nos ayudaron a dar vuelta en U en una calle atestada. El único auto que se negó a hacernos lugar fue rápidamente motivado a deponer su actitud por simples peatones que veían la situación. El conductor de una moto nos dirigió el tránsito, la gente que pasaba por detrás del auto nos golpeaba suavemente el baúl cuando nos acercábamos demasiado al cordón o a un árbol. Nadie nos puteó. Agradecimos profusamente a todo el mundo y nosotros también nos fuimos a casa, a terminar esta casi-semana de vacaciones (que también es la última del año en el calendario festivo turco).

2 comentarios:

  1. Como en el día grande de las Fallas Valenciá cocida a hormigonz. Lo malo es que se festeja con enormes fuegos de artificio sobre el seco y ornamentado cause del antiguo Turia,y el bello reflejo que fue sobre el agua amarronada se pasea por las cristaleras de la fantasmagórica Ciutat dels Arts Valencía, cocida a hormigonazos protogóticos. La gente asiste inundando los bordes adyacentes, concentrando su corporeidad uno a otro, alargando los sonoros Ohhh, Ahhh con cada estallido luminoso. Luego, acabada la ceremonia explosiva, se van retirando despacio para encontrar el hueco que les permita salir de esa maraña. Los niños siguen pidiendo más. El aire huele acre, y la nariz te pica. Hay una muchacha que en medio del jolgorio primaveral se ha sacado la camiseta y deja que sus pechos atraigan otros estallidos jubilosos.

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    1. Espectacular, Norberto! No puede estar mejor dibujado (a esa multitud también la acompañé un día).

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