8 de diciembre de 2012

¡Escritor invitado!


Comparto con ustedes este divertido relato: está escrito durante un viaje en el tren que sale de la ciudad de Buenos Aires y se adentra en la provincia. 
Mucho vocabulario folclórico y gauchesco. Esperamos sus comentarios!



Jaque en el tren


Subí al tren y dejé el bolso en su conveniente lugar: ocupando la posición de la ventana en un asiento de 3 cuerpos, y me bajé al andén para disfrutar del vientito mientras se hacía el horario de salir. La gente seguía llegando y ocupando sus respectivos asientos.
Desde el andén, podía ver mis bártulos: bolso y matera, pegados a la ventana, ya abierta porque antes había comprobado que no me haya tocado la famosa y temida "ventana guillotina" o la frustrante "persiana fija".
Divisé a uno de los sujetos que se sentaría a mi par en el asiento. Un muchacho. Mucho pelo en pecho y barba. Se sentó.
Al ratito llego otro, ¡maldición! Seríamos 3. Íbamos a viajar hombro a hombro con el calor que hace. Ahí agradecí mi astuta decisión de ganar la ventanilla desde temprano.
El nuevo muchacho tenía rastas. Mis vecinos hablaron entre ellos y el peludo se fue. Así que quedábamos el rasta y yo. Él en el pasillo, yo en ventana.
Subí a ocupar mi asiento…
El rasta me miró, me dejo pasar y nos saludamos como caballeros, sin hablar pero inclinando la cabeza con respeto.
Ya en mi asiento, abrí la matera y saqué una pepas como para ir engañando al estómago y que el primer mate tuviera un piso donde caer. El rasta me observó. No dijo nada.
Ahora era su turno. Su movida. Me sentí en un partido de ajedrez. Yo había movido solo un peón para tantear a mi compañero de asiento, mi contrincante, "El Rasta".
Sacó una bolsa de nailon y me miró, desafiante. Le echó un vistazo a mi matera y me volvió a mirar.
De su bolsa; sacó una botella de plástico cortada y otra bolsa mas pequeña.
De la bolsa pequeña...sacó cubitos, los puso en la botella cortada. Yo desconcertado, solo había movido un simple peón con mis pepas…y no conocía su compleja jugada. Temí.
Sacó una botella de Fernet 1882, le puso un poco a los hielos que lo esperaban  dentro de la botella cortada y lo completó con una Pepsi. En conclusión, se armo un fernet con cola de medio litro más o menos.
“Jaque”, me dijo.
Pero yo sabía que mi mate era bueno y él no. Sabía de los expertos elogios que ha recibido mi mate y el los desconocía. Cayó en mi trampa… Se confió y se apuró.
El piensa que no lo se, pero tengo mundo y su fernet va en contra de todas las reglas. ¡No es Branca y lo hizo con Pepsi!
En mi ronda de amigos hay uno que, una noche fría de Julio, apuñaló a un borrego por cometer el error de preparar un fernet con Pepsi. Y el rasta ignora todo esto.
El juego terminará cuando yo ensille mi cimarrón.
Por ahora, él piensa que controla el partido y sonríe.

Tomás P.M.

2 comentarios:

  1. Hola: Muy bueno!!! Me hizo acordar cuando en viaje a Santiago del Estero (Argentina)con unas amigas comenzamos un juego con nombres... al principio nos miraban los pasajeros de los asientos aledaños como si estuvieramos locas =D pero luego se comenzaron a enganchar y se pasó la tarde rapidísimo al jugar entre muchos...
    Sé que no tiene mucho que ver con tu narración pero me hizo acordar a eso ;)
    Buen finde! Besitos =)

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  2. Gracias!!!
    Que bueno el viaje en tren de ustedes!! Siempre hay que buscarle la vuelta =)

    Un beso grande!

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